miércoles, febrero 03, 2016

El pasado cojo y el futuro tuerto

A la hora de marcar el inicio del año, el “pueblo” tiene sus campanas y uvas, el mundo del deporte sus saltos de esquí, la élite europea sus palmadas al son de “la Radetzky” y nosotros los frikis de la orientación, y aunque se haga algo más de rogar, el Wild Boar Rogaine.

Como todos los años por estas tardías fechas de Enero, una nutrida representación del CD Navarra se dirigió hacia las tierras del cava para disputar el primer rogaine del año. No es prueba de liga alguna pero es una buena “multiusos”. Sirve para evaluar los estragos del mazapán ingerido en Navidades, reencontrarse con un mapa, estimar por donde irán “nuestros piques” en el año entrante y para saludar a los conocidos de otras tierras y felicitarles el año. Para esta última labor esta vez nos tuvimos que apañar sin la “red social” del club, Nico, que se quedó en casa matando la gripe.

Nada menos que 11 CDNs en 5 equipos fue la representación del club: los tres mosqueteros Eric, Jorge y Paski, Carlos (haciendo equipo con Francisco de Norte y Sur), Diego y Oscar, Patxi, Ruben y Zigor e Iñaki y servidor. (hummm ¿Habrá que ir pensando en un autobús pintadico y todo al estilo Osasuna?) Después nos enteraríamos que era la “última” de Patxi, así que vaya desde aquí para él un abrazo y un “hasta luego”, que nunca se sabe…





Pues  como os decía, esta vez ante la baja de Nico, hice equipo con Iñaki, que deseaba poner a prueba su tobillo tras la lesión de verano y qué mejor que hacerlo con la “trotona” del club para garantizarse un ritmo bajo. El problema estaba en que por mi parte se mezclaron tres factores de salida y uno más de carrera que transmutaron al “caballo trotón” en “tortuga pirata”. Un largo catarro de invierno y una noche sin pegar ojo por culpa de los nervios previos a toda carrera y de una copiosa y sabrosa cena en un “tailandés” de Barcelona la noche anterior (¡¡¡madre mía que sitio!!! Muchas gracias por la velada Noemí, Juanlu, Maca y Joan) tuvieron sus consecuencias.



Parte 1. Día prometedor

Dia despejado en Mediona, con temperatura matinal suave para estas fechas y poca variación en las horas centrales, así que perfecto para disfrutar. Organización exquisita en cuanto a dorsales, control, parking, etc. Preparamos la vestimenta, camels, alimentos, geles y demás material y nos aglutinamos junto al polideportivo para acceder al área de salida.

Tras las preceptivas explicaciones, apertura de mapas y a decidir el día en 15´. Uno, que conoce sus límites, piensa una estrategia de bucle circular en dos mitades ida-vuelta de unos 24km: empezando suavecito por la parte oeste del mapa, que tiene menos relieve y más cultivos, y volviendo por el monte que recorre norte-sur el centro del mapa y que, en su parte final de bajada hacia Mediona, contiene numerosas balizas que permitirán sumar buenos puntos o ajustar estrategia según lleguemos de fuerzas. Un solo “pero” pero un gran “pero”: se me olvidó considerar que una cosa es la distancia teórica “malmedida” en el mapa y otra cosa la real (Arghhhh, esos 24km hubieran necesitado de 28km en las piernas y 45´ más en el crono).



Parte 2. Pues parece que no es el día

Tras la salida, el tobillo de Iñaki marca un ritmo alto de salida, “para entrar en calor” dice. Ya en las primeras balizas veo que cada vez que abro la boca para comentar o corregir una elección de ruta, ¡zas, error la canto!, así que digo “mikelín, hoy no es tu día y mejor cállate la boca y sigue a tu compi” (Iñaki os dirá que no estuve tan mal, que en una baliza menos mal que le corregí, y es cierto, pero sólo fue una. Snif, snif, triste consuelo).

Pese a todo una buena tacada de puntos fáciles en el primer cuarto de prueba y con algo de adelanto sobre plan previsto. Paradita, comer y beber que el calor empieza a subir y a evaluar plan de ataque para el siguiente cuarto de prueba y zona de puntos.


Parte 3. La tortura del tuerto

Esta parte de carrera siempre es para mí un poco tortura: menos de la mitad de prueba aún y ya los primeros signos de fatiga y los habituales amagos de calambres; pero hay que seguir. Pasamos viñedos y bodegas de cava (ozú, que caserón de piedra), reptamos por pasos de jabalí para atravesar lindes entre campos, subimos colinas y bajamos montañas y vamos recogiendo una buena colección de puntos escondidos entre la foresta mediterránea. Así hasta el “momento pino”. Por segunda vez en pocos meses, un pino asesino surge de la nada para golpear mi ojo izquierdo y provocarme una lesión. Cura de urgencia con colirio sanador y tira p’lante… pero la verdad que desde ese momento, si ya antes veía poco mapa debido a la fatiga, ahora “tuerto” es aún peor. De esta no pasa que corro con gafas. Control de tiempo: “vamos Iñaki ánimo, que en esta parte nos hemos retrasado 30´ sobre lo previsto así que habrá que recortar al final”.


Parte 4. Sólo queda subir y ya está hecho

Para volver por lo alto, primero has de subir y una senda más difusa de lo previsto nos adelantó el crono algo más por lo que al llegar arriba, punto de evaluación inicial previsto, el retraso se acercaba a la hora. Balizas de buenos puntos y mejores vistas, ¡que tarde de sol de invierno más bonita!¡Mira cómo resplandece allí lejos Montserrat!

Venga, última baliza arriba y a bajar hacia meta cogiendo varias, que voy “cascao” pero bajar es rápido. Pues esa última arriba fue una foto en el prebalizado porque la banderola estaba “missing”.


Parte 5. Bajar no siempre es fácil

En esos 40 últimos minutos de bajada a meta, yo controlaba constantemente el tiempo y aburría a mi compañero “Iñaki, faltan X minutos, ¿distancia a meta? ¿Qué nos da tiempo a hacer? Recalcula opciones”. Las opciones se redujeron a un par de balizas cuando mis piernas me recordaron la anatomía de bachiller músculo a músculo. Ya ni sales, ni geles, ni gaitas, quiero mi cama. Última baliza, 5 puntos y arreando a meta que vamos justos. Trote cochinero por pendiente descendente, demasiado inclinada para aguantarse las piernas a esas alturas y con algún resbalón en la gravilla, y apretando porque vamos muy, muy justos. Entrada en meta pidiendo la hora, que dicen los futboleros: tiempo en reloj de meta 5h 59´57”. Luego supimos que en verdad sobraron 9”, si lo sé relajo jajaja. Abajo podéis ver la cara con la que llego yo y la de mi compi Iñaki y luego “ya relajado” mirando al cielo ;-)



Parte 6. A la rica garbanzada, pero antes ambulancia

Cuando acaba la carrera llega uno de esos momentos en los que uno no sabe si corre por el placer del deporte o por la recompensa que sabe que le espera en meta y que no es otra que el “cap i pota”. Un rico cocido a base de garbanzos con tooodos sus sacramentos, que después de una ducha y una rápida cura del ojo tuerto, entra muy bien. ¡¡ Algún tragantúa – no os diré quién- tripitió!!


Ah y cómo no, aplaudir a nuestros “másteres” que, después de la carrera “interruptus” por el accidente de Jorge el año pasado, recuperaban cetro en categorías Hombres Veteranos y Absoluta, ¡ahí es nada! ,y gracias también a la organización por todo su esfuerzo.


Bueno pues nos despedimos de la comarca del Alt Penedés hasta el año que viene, que esos garbanzos no me los pierdo.
Mikel Ozcoidi