Hemos “intentado“ correr este fin de semana pasado en Wickolw Mountains. Y digo correr porque desde el primer minuto de carrera empezó a llover intensamente. Unido a la gran cantidad de agua que tenía acumulado el terreno se convirtió más en una odisea de supervivencia, por la climatología, durante 24 horas que una carrera de orientación.
En las cimas (950 metros máximo) soplaban rachas de viento fortísimas (te tiraban al suelo). Esto hizo que pasáramos mucho frío. No obstante pasaban las horas e íbamos realizando nuestros objetivos, adelantamos a los australianos y posteriormente los sudafricanos sufrían un percance y abandonaban. En ese momento nos encontrábamos en una buena posición para ganar la carrera, así que seguimos luchando contra “ la hipotermia”.
Al llegar la noche y llevar ya más de diez horas , la niebla y la lluvia nos impedían ver, pero fue cuando definitivamente a las 3:00h de la noche decidimos, con gran dolor y a nuestro pesar (al ir, creemos, primeros en carrera), una retirada por seguridad ya que no mejoraban las condiciones y nos encontrábamos muy mermados de calorías.
Todavía no sabemos si alguien pudo realizar la carrera completa, ni la clasificación. Sólo comentar que la climatología ha impedido nuestro primer triunfo internacional. La Organización de la carrera nos dio las gracias por el esfuerzo y su pesar. Tal vez fuimos ligeros de material en nuestra elección de ruta que pasaba por todas las cimas del Parque o simplemente tuvimos mala suerte con el tiempo.
Nos podéis ver en la imagen subiendo al monte más alto de Wicklow mountains el Lugnaquillia, donde podéis observar el tiempo, nuestra equipación y esfuerzo.
Una peculiaridad de estas montañas es “el césped de las Brujas” una verdadera trampa de agua , tierra y arena de granito que parece pasta de café por la materia orgánica.
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